Descripción
Este antiguo domo volcánico de 169,7 hectáreas, que se levanta entre los barrancos de Guaria y Cuéscaro, acoge especies amenazadas como el balillo o la corriguela.
Este monumento volcánico de 1.055 metros de altura fue aprovechado por los humanos para la agricultura.
Hoy se muestra como un entorno protegido natural y lugar de acogida de especies amenazadas.
Su especial valor no reside solo en los aspectos naturales, pues también fue un espacio de gran importancia para nuestros antepasados guanches, quienes consideraron esta montaña como un lugar sagrado donde llevar a cabo diversas prácticas religiosas.
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